Entre los impulsos dados por nuestro último Capítulo General en 2014, uno consiste en renovar el esfuerzo en la transmisión del carisma FMM, en particular a las generaciones más jóvenes.
En esta línea, actualmente se está llevando a cabo una sesión de trabajo de tres meses en los Châtelets (St Brieuc), en este ‘lugar-fuente’ portador de la dinámica inicial de nuestra fundación, donde se ofrecen posibilidades de renovación y profundización para las hermanas que llegan de todos los lugares del mundo y que disponen de un año sabático. Procedentes de países diferentes y algunas después de haber vivido experiencias misioneras en otros países, cinco fmm se han dado cita en los Châtelets para comenzar este recorrido:
Para árabe, Soumaya Karakelle, siria,
Para español, Marisa Dávila, argentina,
Para malgache, Norah Raharimalala, malgache,
Para portugués, Jorgina Duvane, mozambicana,
Para vietnamita, Trinh Thu Trang, vietnamita.
Esta sesión conlleva la lectura de los textos espirituales de María de la Pasión, ya sea para revisar, o para comenzar una traducción de estos escritos en su idioma. Después, para otros contextos lingüísticos, vendrán a su vez otras hermanas a formarse.
La idea es que para recibir bien el mensaje, es necesario poder escucharlo, orarlo, dejar que alimente la profundidad de nuestro ser, en nuestra propia lengua materna tanto como sea posible. Se puede llegar a esta convicción a luz de la asimilación de la Palabra de Dios en nuestras vidas.
El ambiente es estudioso y entusiasta. Con Elisabeth Houssay como guía, las participantes descubren las dificultades del lenguaje propio del registro espiritual, y de una época del pasado (fin del siglo XIX)! Y a esto hay que añadir el paso a idiomas desusados en la expresión occidental-latina, e incluso erigidos muy lejos de la tradición cristiana.
Margarita Won, que ha traducido numerosos escritos sobre María de la Pasión, interviene puntualmente sobre el plan de la técnica, gracias a su concreta larga experiencia de traducir del francés al coreano.
Una de las participantes, Norah, se expresa: «A partir del francés y gracias a las traducciones en nuestras lenguas maternas, ¡imaginaos a María de la Pasión en carne y hueso paseándose en nuestras casas y hablando español, malgache, portugués, árabe, vietnamita, coreano... y se podría seguir con una lista muy larga!
Conocíamos ya a nuestra fundadora, pero la vamos redescubriendo con su humanidad, su ternura, su amor incondicional por Dios y la fuerza de su alma con la cual ha querido comunicarnos la profundidad de su espiritualidad. Hoy, su mensaje todavía sigue vivo y tiene algo que decir, no sólo a las fmm comprometidas a seguirle, sino como una riqueza a dar a conocer también a nuestro mundo de hoy».
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