martes, 6 de septiembre de 2016

Testimonio del Andar Franciscano

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Debo decir que en mi vida personal sucedió lo que Leonardo Boff dice en su libro: " Con Francisco volvió al mundo la primavera de Jesucristo»... Y así es.
Esta persona que hoy soy, fue hace largos años alumna de un Colegio Católico, permanecí en él desde mis cuatro años hasta cumplir quince, del cual egresé para realizar mi carrera en la docencia.
Creo que es importante decir de dónde vengo para explicar este por qué del testimonio de hoy...
Luego de esta etapa atravesé un sin fin de cuestionamientos existenciales que tuvieron como ejes testimoniales la vida práctica que allí en el colegio presencié (la cual no fue en su mayoría una correspondencia decente entre lo que nos transmitía el Evangelio y las acciones realizadas. Todas estas confusiones no entendibles para mi cerebro y mi corazón hicieron que permaneciera alejada durante mucho tiempo de ese mundo Cristiano que fuera mi primer Cuna.
El Re-encuentro con mis raíces Cristianas fue a través de esta CONGREGACIÓN en Florida (Uruguay). Habíamos organizado un taller sobre Salud Mental y al finalizar alguien me llama, recuerdo aún sus palabras : ¨necesito gente como tú para trabajar ¨; era Dorota!
Su invitación era para trabajar en un barrio complejo socialmente, en los límites de la ciudad, donde los oídos de quienes nos gobiernan nunca están para escuchar...
Allí en ese barrio muy pobre y multitudinario vi a las Hermanas Dorota y Alicia correr, andar, ir y venir, tratando de aplacar las distintas hambres de ese lugar. Y yo ¿ qué hacía ? por supuesto me sumé a aquella invitación. 
Allí fue dónde encontré la Génesis de mi Iglesia! por fin sus principios estaban a la vista!! Claro, no resultaba fácil para estas dos valiosas hermanas enfrentarse a tanta complejidad, a tanto problema humano; pero se las vió trabajar, correr a curar con hierbas los males físicos y con ternura y amor los del alma.
Participé con ellas durante un año en ese lugar; allí desplegué mucho lo que en mi profesión hice: el Amor, pero encontrando aquí un camino más directo: el de DIOS.
Mientras iba encontrándoME, resurgían en mi aquellos cuestionamientos de otrora y simultáneamente también iban llegando las respuestas a través de las acciones de estas Hermanas, que !por fin habían llegado hasta mi vida con el MENSAJE que siempre estuve esperando: el de la FRATERNIDAD!! 
Por cuestiones de trabajo estuve ausente unos años de esta tarea que tanto me gusta, luego nuevamente el re-encuentro: Capilla de San Antonio, mi barrio: poca o casi ninguna actividad: misa de los domingos y conmemoración de alguna festividad.
Rápidamente van surgiendo múltiples actividades: con mayores y jóvenes, a estas últimas me sumo.
Junto a ellas descubro día a día aspectos fundamentales del SER Y del SER EN CRISTO; en lo negativo y en lo positivo de la vida; recojo lo más fuerte de la existencia: EL AMOR.
Por fin vivo el sentimiento de Solidaridad, de la Fraternidad, de la Compasión!!
Ese sentimiento de FRATERNIDAD vivido realmente en unión con quien profesa este Credo y con quien No, es una actitud constante en esta CONGREGACIÓN. Todas sus acciones son acercamientos a través del Amor y puedo afirmar que ellas son tan espontáneas y libres que verdaderamente llegan al alma de quien las recibe.Todas sus actividades están impregnadas de un verdadero sentimiento popular, existiendo un profundo respeto hacia lo diverso que en todo Hombre existe; aunque nunca excluyendo el deseo íntimo de elevar el Espíritude de cada uno de los seres que allí concurren.
Y es así que puedo dar testimonio de lo que pude experimentar como Ser, en mis búsquedas, en mis necesidades, en esas respuestas que fueron llegando cada una a su tiempo, a través de acciones, lecturas, talleres, encuentros fraternos, retiros, análisis de documentos y también de encuentros en la alegría y en el dolor.
Creo que cada uno de nosotros (que somos muchos ) ha ido en la búsqueda de algo y lo ha encontrado ahí: "EN LA COMUNIDAD DE FRANCISCO", en Alicia Teo, Gloria, Dorota y Lourdes.
Son innumerables las personas que acuden con sentimientos de soledad, miedo dolor, vacío, tristeza etc (no analizaremos por qué), pero cada una de ellas se lleva siempre algo muy profundo: su valor como persona un sentido del SER, un profundo sentido del AMOR . 
Todas las acciones que allí se realizan son expresiones de un CON-VIVIR, en una relación de EXISTENCIA PROFUNDA CON EL OTRO.
No es mi objetivo dar en detalles cuántos episodios he vivido junto a estas nuestras Hermanas, (que han sido muchas y muy valiosas); pero desde lo personal siento que debo AGRADECER A DIOS haberlas encontrado en mi camino, para así poder ir juntas (y a mi ritmo , gesto que mucho aprecio).
En cada una de las Hermanas que he conocido encontré rasgos que las identifican fuertemente con el "ESPÍRITU FRANCISCANO", percibiendo que en la singularidad de cada una de ellas está esa complementariedad que es tan necesaria para poder funcionar como lo hacen. 
En esta rápida reflexión debo reafirmar que aquella metáfora del "vino añejo" de Leonardo Boff se repite cada día en esta Comunidad por la presencia de estas nuestras Hermanas .
..."ES LA VIDA QUE PERDURA. LO QUE PARECE MUERTO. NO LO ESTÁ; TAMBIÉN LAS PIEDRAS CRECEN Y LOS VINOS AÑEJOS FLORECEN ..."

Florida 6 de julio de 2016,
MARÍA SUSANA FLEITAS

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