viernes, 13 de mayo de 2016

María Julia nos escribe desde Brasil


Mi Grupo de estudio, los que están agachados son mi profesora Susana, Bienvenu del Congo y Joseph de Costa de Marfil, los que estamos parados somos: Vitorio de la India, a mi lado izquierdo Luz Dary de Colombia, Franek de Polonia, Doris de Honduras y Claudia de Rumania.
Queridas Hermanas,

Aprovecho una linda oportunidad para escribirles porque ya casi un año que estoy en Brasil y es tiempo de Dar gracias por muchas experiencias vividas intensamente, tiempo de volver a pasar por el corazón, por eso quiero contarles que comencé un proceso desafiante de adaptación que no solo me implico aprender portugués, cosa que todavía tengo que seguir aprendiendo y como proceso no termino, pero lo más importante es que se aprende mucho, lloré también por extrañar tanto y fue casi un renacer todo implicaba aprender como crianza, lentamente o a mi ritmo y las sabias palabras de no comparar ni juzgar me ayudaron mucho para vivir casi todo con sorpresa y novedad. Ahora me encuentro en Manaos, haciéndome unos exámenes médicos, después sigo viaje a Tefé, mi comunidad y recién ahora comienza mi tiempo de “misión” solo porque ahora tengo más seguridad para comunicarme, vengo de una experiencia muy buena que fue el CENFI un curso en Brasilia para misioneros extranjeros, éramos 21 de 14 nacionalidades diferentes, solo tres de américa latina, el compartir no solo las aulas de portugués como también nuestras dificultades con “la inculturación” hizo que nuestra convivencia este llena de gestos y detalles solidarios con quien más necesitaba y una especial atención por nuestra fragilidad en este tiempo de muchos cambios que nos dejan inestables en muchos sentidos, porque creo que es como un trasplante de una planta a otro lugar, al comienzo parece   que va morir pero    con   el tiempo aprende y vuelve a ser lo que era con mayor vitalidad  e
crece, más o menos es lo mismo, el respeto por este tiempo y como cada uno lo fue viviendo fue muy rico ser parte, también cuando encontras que tenes las mismas dificultades que otros es un alivio no ser la única! todos fuimos a lugares diferentes del Brasil y quiera el Buen Dios vuelva a encontrarme con ellos o alguno en tantas vueltas de la vida. También quiero compartir que fue un tiempo de muchos encuentros, me encontré con un curita de mi Parroquia de Tucumán, él vive ya doce años aquí y lo conocí de joven, fue un lindo encuentro para tomar mate y así como este encuentro he tenido muchos con “gente nueva” que me van enseñando con sus palabras, sus gentos un nuevo modo de la presencia de Dios en sus vida, riqueza que valoro mucho y me siento agradecida de compartir, entre ellas las hermanas, y tantos, he conocido muchos y por amar tengo saudades de algunos! Para terminar agradezco sus oraciones, las valoro, como valoro cada noticia que recibo, cuídense! Y sigamos rezando unas por las otras. 
María Julia

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