La fiesta de Navidad debe ser particularmente
querida a los hijos del pobre Francisco, porque es la unión del Verbo eterno
con la naturaleza humana y con la pobreza, por María Inmaculada.
Es pues nuestra fiesta especial, como Misioneras
de María. Después de haber sido durante nueve meses el tabernáculo de Jesús, la
Virgen ofrece su Hijo a la adoración del mundo.
María de la Pasión
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